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Gestión de los riesgos de la salvaguardia

Una parte importante de la salvaguardia es detectar los riesgos antes de que ocurran. Una vez que se conocen los riesgos, puede planearse cómo prevenirlos y gestionarlos. En cualquier actividad futbolística, es importante minimizar los riesgos relacionados con el lugar, las instalaciones de entrenamiento, otros adultos implicados o el material. Para ello, debe realizarse una evaluación de riesgos y respetar la política de salvaguardia/protección de la infancia, así como las directrices en materia de salud y seguridad del club o la escuela.

La gestión de riesgos se basa en una serie de pasos

La gestión de riesgos pretende identificar los riesgos, la probabilidad de que la salud y la seguridad de los participantes se vean afectadas, la gravedad del riesgo si se produce un accidente o incidente, y las medidas que hay que tomar para mitigar los riesgos. Cuanto mayor sea la probabilidad de que ocurra un accidente y más grave sea su impacto, más importante será la mitigación de riesgos.

Ejemplo:

Las sesiones diseñadas de forma inapropiada pueden suponer un riesgo de sufrir daños para los niños. La evaluación de riesgos es un proceso continuado que debería llevarse a cabo antes de cada sesión. Asimismo, debe mantenerse un registro de cada riesgo y de las medidas adoptadas para su mitigación. Como pueden surgir riesgos durante una sesión, puede que sea necesario interrumpir las sesiones para mitigar los nuevos riesgos identificados.

Además, los niños deben contar con supervisión durante cualquier actividad futbolística, ya que la probabilidad de que ocurran accidentes aumenta cuando no existe una vigilancia adecuada por parte de un adulto.